Las fuerzas de seguridad en Bahréin bloquearon carreteras y arrojaron gases lacrimógenos para impedir que miles de personas asistieran a las oraciones semanales a cargo de un clérigo musulmán chiita crítico del gobierno.
El clérigo, el jeque Issa Qassim, había denunciado previamente la decisión gubernamental de revocar la ciudadanía de 31 activistas chiitas.
Un adolescente en camino a las oraciones murió a raíz tras ser atropellado por un auto mientras era perseguido por la policía.
Bahréin ha estado en tensión durante casi dos años, desde la represión de las protestas de miembros de la mayoría chiita, que buscaban más derechos políticos del gobierno dominado por sunitas.